sábado, 13 de noviembre de 2010

Quiero ser.

Quiero ser un cable y desconectarme de la realidad, que mi mente fuera una variable y poder despejarla. Quiero ser el viento, que viaja libre por los cielos o un cuento repleto de aventuras, fantasías y finales felices. Quiero ser el amor, puro, sincero, apasionado e intenso, que saca lo mejor de las personas, que esta en los momentos más felices o ser una sonrisa, que siendo sencilla, dice y hace mucho.
 Me gustaría ser la imaginación, loca, desenfrenada y que no dejan que le coloquen límites. Ser la mirada del recién nacido, curiosa, inocente e inquieta. Quiero ser la risa, un arma muy útil capaz de consolar la tristeza. Quiero ser una lágrima de alegría, causar tanto bien que no sólo una sonrisa logre expresar el sentimiento de júbilo que se siente sino que también haga falta una lágrima, para dar a entender que el regodeo es inmenso. Quiero ser el dolor, del cual se puede aprender y avanzar, que hace a las personas más reales y humanas, que nos hace fuertes. Quiero ser una sorpresa, que llega sin ser invitada y causa impacto o ser un cumpleaños, con deseos, amigos, globos y música. Ser el primer beso,  emocionante, inesperado e inolvidable o ser el mar, profundo, grande y transparente. Quiero ser el amor de madre, cálido, atento y cariñoso. Ser la inocencia, tan inofesiva, ignorante del dolor y de la depravación, inconciente de todo. Quiero ser un parque, lindo, colorido e infantil. Quiero ser una medicina que aunque no tenga buen sabor siempre te ayudara. Quiero ser el paisaje, natural y espontáneo, pero a la vez tan perfecto y único o ser un pincel que dancé con elegancia y sutileza por el lienzo . Quiero ser el momento perfecto, especial, singular, irrepetible y cautivante, aquél de que nunca olvidarás y que vale la pena poder recordarlo toda la vida.

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