martes, 22 de febrero de 2011

Estremeciendo mundos y dibujando sonrisas.

Él es todo lo que siempre soñé, lo que siempre quise, lo que siempre esperé. Era el ese algo que faltaba en mi vida, más de lo que esperaba, es sencillamente perfecto.
Su mirada juguetona y coqueta, me vuelve loca, me encanta. su sonrisa resplandeciente y segura me atrae, su voz, su manera de hablar, tan madura y perspicaz. Esa forma de reír, una risa contagiosa que ilumina el lugar sin importar lo lúgubre que este se encuentre.
Ahora entiendo todo, porque ese abatimiento repentino, esas miradas perdidas, ese hueco en mi pecho sólo eran una señal de que él estaba por llegar, y llegó, estremeció mi mundo, lo puso de cabeza.
Siempre quise algo especial para mi vida, algo diferente que cambiara mis días, siempre lo quise a él sin saberlo realmente. Y cada día ha sido único desde que llegó para innovarlo son su presencia.
Aunque no lo sabe, ha cambiado totalmente mi percepción de la vida, ahora me deleito con todo, huelo las rosas, escucho a las personas, veo el atardecer y sonrió a cada instante. Lo más increíble de todo es que cuando llegó nunca tuvo la intención de alterar mi vida, diversificar mis pensamientos o rejuvenecer mi alma, pero lo hizo, me dio ilusión y razones para vivir y por eso, estoy eternamente agradecida, porque en mi rotro dibujo una sonrisa que con nada se podrá borrar.