sábado, 7 de septiembre de 2013

La idea de dios. (Divagando V)



La gran idea.
Por Daniela Ferreira

A veces quiero creer que sí, que allá arriba o en alguna parte más allá de la existencia hay un cielo, un refugio eterno que nos espera, un paraíso oculto entre las nubes que revela sutilmente su existencia cuando amanece, coloreando el cielo, levantando el sol, como mostrándole a la humanidad cada mañana una porción del edén que nos espera, revelándonos una pequeña parte de la perfección, para que así de alguna manera no tuviéramos miedo, miedo de no llegar hasta el final del día y miedo de que estas sean las últimas horas que recorra nuestro tiempo, porque ese amanecer es una muestra de que si nuestro último día en la tierra llegase a ser este nada malo va a pasar, como si el cielo fuese un aliento y gritara en sincronía con los colores: “Todo va a estar bien”.

Es divertido pensar en algo así, en que lo que nos espera es sólo felicidad o una especie de recompensa por aguantar cada día sabiendo lo complicada y difícil que es la vida en si misma. Que después de todo vivir no se trata meramente de respirar, merodear y cumplir funciones, es tan complejo que uno mismo ni lo entiende, por eso necesitamos que algo tenga sentido, para sentir así que algo encaja, que tiene lógica y que al comprenderlo pueda formar parte nuestra, por eso necesitamos el cielo, la idea de dios, de una conciencia sublime que ronda por el mundo haciendo magias, destinos y milagros, planeando todo cuidadosamente para que cada evento signifique algo, para que cada ser reciba lo que se merece y lo que necesita al mismo tiempo, necesitamos aferrarnos a la idea de que la maldad no es sólo eso: maldad pura, si no una enseñanza, un paso más de un camino que nos llevará a un mejor lugar. Pero no creo que tengamos que crear a una criatura celestial para entender eso, a veces la maldad si es sólo eso, los eventos no fueron creados para que aprendamos de ellos, pero aún así tenemos la capacidad de aprender de ellos y avanzar por nosotros mismos.

¿Existe el destino?, tal vez no, pero si puede existir una fuerza inevitable, incontrolable y desconocida que hace que las cosas pasen como pasan, no porque debería pasar así o porque así estuviese escrito, si alguien o algo pudiera ver el futuro de alguna manera tal vez si exista el destino que se encargaría entonces de que aquellas visiones se cumplan y que todo pase como se predijo, pero cómo saber si alguien sabe nuestro recorrido, si nosotros apenas intuimos nuestros pasos y el futuro es tan oscuro y borroso como la muerte.

Es divertido pretender que dios es una persona, la idea misma del bien, pero a veces sólo hay realidades sin escapes divinos, a veces el bien y el mal son sólo ideas no dios y el diablo, pero una idea es la energía más compleja y profunda que puede experimentar el ser humano, la inspiración misma es una fuente magnifica, las acciones materializan las ideas y los pensamientos las organizan y analizan, pero si queremos decir que dios es algo, pues definitivamente no es una conciencia pura o espíritu divino que nos observa, si no esa inspiración repentina, cuando un pensamiento llega sin explicación a la mente, sin procesos ni impulsos, sólo aparece involuntariamente, como si fuese magia.

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