jueves, 26 de mayo de 2011

Una visita inesperada.

Hoy me acordé de ti, pensé en ti y por un breve momento me imagine contigo y una curiosa sensación de vacío invadió mi cuerpo, me asome a ver el espacio que ocupabas en mi vida y lo seguirás ocupando. Pensé en tú rostro, en tú sonrisa, en como era la vida cuando estábamos juntos, recordé tu temperamento, tú orgullo, tú terquedad y tú cariño. Cuando tocabas el cuatro y cantabas esas canciones que tanto te gustaban, cuando trabajabas y luchabas por lo que amabas, cuando te hacías el rebelde, porque no querías estar acostado y enfermo en una cama, porque querías seguir tu vida como siempre.
Hablando como si nada, de repente te recordé, aunque nunca me he olvidado de ti. Un abrazo, una vez que me cargaste y me abrazaste, ese fue el primer pensamiento que vino a mi cabeza, mientras hablaba distraídamente y luego llegó sin demora la montaña de sucesos que viví contigo. Aquellos tiempos en los que te tenía cerca son tan distantes y lejanos que parecen inexistentes, como si nunca hubieran sucedido, pero el detalle es que aun los siento, cada instante con tanta realidad y fuerza que me hacen sentir un poco más cerca de ti.
No sé si allá arriba haya un cielo, donde me mires, aunque si es así probablemente estarías decepcionado de mi, porque no he logrado nada, no he podido avanzar, no he sido mejor persona o mejor hija, porque tu nunca querías descansar, ni estar postrado en una cama enfermo, querías trabajar y yo soy lo opuesto, no lucho por nada, sólo me siento a lamentarme y auto compadecerme inútilmente, sin intentar algo. No sé si tu espíritu vuela libre entre los vivos y que hoy me visitaste en una manifestación de remembranza para hacerme saber que aún sigues ahí, no se si de alguna manera existes en algún lado o si sabes quien soy yo o si simplemente desapareciste, pero todo lo que has sido y hecho mientras vivías, todo lo que siento por ti, la concepción que tengo sobre ti, todas esas cosas jamás podrán desaparecer o simplemente dejar de existir, porque lo siento, aunque no sigas aquí, te sigo queriendo y eso me hace pensar en la  inmortalidad del amor, ni el tiempo, ni la distancia, ni las circunstancias pueden acabar con este, porque si es verdadero e intenso, entonces será un amor fuerte que sobrepasará cualquier obstáculo.
Gracias por posarte en mis pensamientos y venir a visitarme, bien seas o no seas, mi amor hacia ti siempre será.

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