martes, 31 de mayo de 2011

Enseñanzas de una madre.

Una niña le escribía una carta a su madre fallecida:

Querida mamá
¿Cómo va todo allá en el cielo?, espero que bien porque aquí las cosas no han sido muy fáciles mami, desde que te fuiste han pasado muchas cosas, pero aún así, me alegro inmensamente de tu partida porque me hizo sufrir y a mi me encanta sufrir.
Porque sufriendo fue que aprendí, porque cada dolorosa caída me enseño como levantarme, porque cada error me ha conducido a cosas buenas posteriormente, porque mientras llueve no me quejo del diluvio sino que espero ansiosamente a que salga el sol y traiga consigo un arco iris maravilloso.
Gracias por irte, porque de no ser así, jamás hubiera aprendido a valorar tu amor y nunca hubiera sabido lo mucho que te quiero.
Tu me enseñaste que sufrir es parte de la vida y he de decir que la mejor parte, la parte en la que te pruebas a ti mismo a ver si eres capaz de salir de un hueco profundo con tal de ser feliz o quedarte en la oscuridad sin luchar por vivir. Y también he aprendido que mientras más sufres más aprendes y que el dolor que sientas va a ser equivalente a la alegría que tengas después, es decir,  mientras más dolor sientes quiere decir que después vendrá una felicidad tan inmensa que habrá valido la pena todo lo malo.
Gracias por enseñarme  que mis errores eran los que me fortalecían, que mis defectos eran la mejor prueba de que si alguien me quiere de verdad los aceptará sin intentar corregirlos.
 Sólo en nuestras desgracias encontramos a los verdaderos amigos, en  cambio, nuestras dichas sólo atraen falsas amistades. Además cuando estas feliz a la vez te encontraras angustiada, porque el cualquier momento todo lo bueno se irá, a diferencia del padecimiento y la tristeza, donde una pequeña esperanza ilumina tu oscuridad y es que en cualquier momento saldrás de tu dolencia para vivir plenamente.
En la vida nada es para siempre, ni las cosas buenas que nos las quitan para aprender a valorarlas, ni las malas que únicamente nos pueden encaminar y hacer más humanos.
No tienes idea de lo bien que me ha hecho tu partida, porque sufrí y aprendí tantas cosas que antes ignoraba, jamás pensé que te iba a querer tanto hasta que te fuiste y tu ausencia dejo un notorio vacío, pero el vacío que tu partida ha dejado es exactamente del mismo tamaño que el espacio que ocupas en mi corazón.
 Gracias por tu mayor acto de enseñanza que me ayudo a abrir los ojos y darme cuenta de que nada dura toda la vida y que lo debo aprovechar. Le diré a todos los que amo cada día que los quiero, peleare con ellos si eso nos ayudara a avanzar y a llegar a la disculpa, porque pelear nos debe ayudar a reflexionar, se pelea sólo para disculparse. Absorberé cada gota de amor de cada persona que significa algo para mi y en medio de mis llantos pensaré en ti y escuchare tu voz dentro de mi, en mis pensamientos diciéndome: “Tranquila, desde aquí en el cielo lo vi todo y esta tormenta valdrá toda la pena del mundo, porque el arco iris que vendrá luego será mucho mejor de lo que piensas” y luego sonreiré.
Te ama aquí en la tierra
Tu hija.

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