domingo, 10 de julio de 2011

Esperando...

Esta sentada, dejándose llevar por la ingenuidad de su inocente amor. Él le deja una rosa, le dice cuando lamenta tener que marcharse; le cree cada palabra que sale de su boca, cegada por la pasión, escuchando lo que el dice, creyendo lo que quiere creer, en lugar de asomarse a observar la verdad. Se besan, unas tiernas lágrimas escapan de su rostro, él sonríe prometiendo que volverá y que cuando vuelva esteran juntos para toda la vida; Se aleja, voltea una última vez y la mira con seguridad, ella se siente tranquila, su confianza por él se desborda. Se esta hiendo, ahora sin voltear decidido y sigue caminando hasta llegar al horizonte y desvanecerse por completo.
Ella sigue ahí en el mismo lugar esperando por algo que nunca pasara, cree que algún día las promesas se harán reales y que cuando el vuelva estarán juntos para siempre, sigue creyendo en él, en sus encantadoras palabras y en sus deslumbrantes pactos y propuestas. Continúa ahí, sentada contemplando aquella línea lejana, deseando con todas las fuerzas de su alma que una figura se pose en esa línea, en el horizonte donde lo vio partir y que se vaya extendiendo cada vez más, acercándosele hasta que llegue a sus brazos y lo pueda abrazar fuerte….Lástima que él jamás llegará porque se fue para siempre. 

Vive, danza, sueña, siente que el viento ha sido hecho para tí.






Arriésgate, haz lo que nunca te atreviste a hacer, lo que siempre quisiste lograr, haz lo impensable, realiza tus sueños más descabellados, aventúrate, viaja, sonríe, enamórate, diviértete, se libre,  rompe  las reglas, excede los límites, siente el viento en tú cara, la adrenalina en la sangre, el peligro de cada minuto, ríete, enfrenta tus temores, supera tus obstáculos, no busques que oportunidades vengan hacia ti, búscalas tú mismo. Grita, baila, canta en la ducha, sueña,  apasiónate, deléitate, llora de la risa, come helado sin importar las calorías, dile a la persona que te gusta que la quieres, lee, escribe, pinta, exprésate, lánzate de un paracaídas, haz algo extremo, escucha tú canción favorita, ve a la playa, deja que te revuelque la ola, huele las rosas,  ve que forma tienen las nubes, desea, habla, conoce, aprende, ve a fiestas, alócate, resalta, deslumbra, nada, corre, vuela, siente, ensúciate de lodo, imagina, trepa un árbol, amate, quiérete, acéptate, juega, juega con globos, juega con burbujas, juega al escondite, juega a quien aguanta más tiempo sin parpadear, coléate en una fila, aprende a montar en la bicicleta, deshazte de los flotadores al nadar, mójate en la lluvia, ten una mascota, métete en la playa con la marea alta, trepa una ola, se infantil, salta, emborráchate, tenle miedo al coco, llora, salta sobre los muebles, cree que todo se puede, haz lo imposible, lo que todo el mundo creía que jamás serías capaz de hacer, desafía tus expectativas, piensa, abraza, comparte, haz Ángeles de nieve, aconseja, escápate de clases, compite, intenta, levántate en cada caída, duerme, falta a clases, haz lo que te apasiona, no dejes que nadie te impida gozar, ni permitas que nadie se interponga en lo que quieres, empéñate, esfuérzate, mira la naturaleza, besa, defiéndete, lucha, vive… se feliz.  Aprovecha y vive cada minuto porque después será tarde y ya no podrás hacer nada.

jueves, 7 de julio de 2011

Nuevo día, nuevos sueños.

Hoy desperté con ganas de mirar al cielo, me levante queriendo ver algo que nadie pudiera ver, algo que este más allá de la vista de todos. Hoy quiero ser distinta, quiero brillar y resaltar entre el resto. Abrí mis ojos y el primer pensamiento que se pozo en mi cabeza fue el de ambicionar el éxito.

Hoy desperté cansada de mi patética vida sin color, sin emoción. Me importune de la hostigante vida de una adolescente rutinaria que no encaja y del cliché de la engorrosa sociedad. Hoy quiero ser alguien más, deseo resplandecer entre la opaca muchedumbre.

Hoy me revelo ante la indiferencia de mi existencia. Este día añoro un poco más de refulgencia en mis fúnebres días. Soñé con la cima y desperté encaprichada con llegar ahí, con conquistar la cima, con abordar la cúspide de mis pasiones y mis delirios, con ansias de cumplir mis fantasías más descabelladas. Hoy quiero ser alguien capaz, capaz de convertir mis ideales desvariados en sucesos concretos y sustanciales, hoy quiero ser feliz. 

Hoy soñé con letras y me levante queriendo plasmarlas.
Hoy soñé con rosas y me levante queriendo olerlas.
Hoy soñé con melodías y me levante queriendo cantarlas.
Hoy soñé con estrellas y me levante queriendo tocarlas.
Hoy soñé con sonrisas y me levante queriendo mostrarlas.
Hoy soñe con caricias y me levante queriendo sentirlas
Hoy soñé con deseos y me levante queriendo cumplirlos
Hoy soñé con obstáculos y me levante queriendo superarlos
Hoy soñé contigo y me levante queriendo tenerte.

miércoles, 6 de julio de 2011

Esencia divina del alma.

Nunca entendí la situación con los cumpleaños. De niños esperamos ansiosos todo el año ese día, deseamos desesperadamente crecer y celebrar nuestro día especial, incluso nos quedamos despiertos hasta media noche emocionados por nuestro cumpleaños, queremos pasteles, velas, canciones, amigos, globos y regalos, sin mencionar que toda la atención esta sobre nosotros. Pero al crecer esto va cambiando, después no nos importan los globos, los pasteles o la curiosidad de lo que se siente crecer, sólo queremos que sea nuestro cumpleaños para sentirnos un paso más cerca de la independencia y para creer que teniendo un año más de edad automáticamente ya maduramos. Y cuando nos volvemos adultos toda esa emoción desaparece de un sopetón, empezamos a disimular nuestra edad, a ocultar nuestros cumpleaños, a intentar hacerlo pasar como un día más y ¿por qué?, al igual que ese '’espíritu de la navidad'’ en los adultos se desvanece ese '’espíritu del cumpleaños’’. Y es que de grandes, ya maduros nos damos cuenta de que ya crecimos y ahora sólo nos espera hacernos más viejos y débiles y la esencia se pierde por completo, como cuando te cuentan que Papá Noel o que el niño Jesús no existe y a partir de ahí todo simplemente deja de ser igual, igual de sencillo y divertido y nos complicamos la vida como en una operación matemática dificilísima, empezamos a buscar los defectos: "Un año más sin lograr nada", "Otro año, otra arruga", "cada vez más cerca de la tumba" y esto aumenta hasta cierto punto en el que le llegamos a tener terror a los cumpleaños y a envejecer y morir solos.
Creo que siempre será mejor ser niño y no saber nada de eso, emocionarse por los amigos y las fiestas en lugar de aterrarse por los cambios que conlleva cumplir una nueva edad. La esencia de todo esta en la inocente juventud que juega y se arriesga, que vive y sonríe en lugar de aterrase y cohibirse, porque lo único que nos puede hacer envejecer es el miedo y la amargura en la que vivimos. Así que nada mejor para rejuvenecer el alma que ¡una buena fiesta de cumpleaños!  
                                                                                       

Alas rotas que no se rinden

Mis alas rotas emprenden un débil vuelo en medio de la tormenta y la niebla, en medio de nada, en busca de algo que las llama, en busca de tí. Mis alas rotas brillan titilando opacamente en la oscuridad que las envuelven, no hay nada que las frene, no dejan de batirse en su suave vaivén, están destrozadas y sin energías para seguir, pero hay algo en el frío viento que no deja que se detengan, el aire ayuda a mis quebradas alas a continuar con su tortuoso camino. La lluvia interviene, mojando mis secas alas deshidratadas, las señales me ayudan, orientan a mis perdidas alas.
Y lo que parece imposible es real, lo que estaba perdido fue encontrado, los sueños desvariados murieron reencarnando en realidades absolutas. Mis alas rotas, mis débiles alas me llevaron más allá de donde pensé que serían capaces de dirigirme, aunque yo lo creía imposible, mis alas no se dieron por vencido y en lugar de escuchar mis necios reproches acerca de que no llegarían jamás a su destino, escucharon los deseos de mi corazón noble y simplemente se alzaron y me transportaron a mis anhelos más oculto e intensos. Ahora se que mis alas siempre podrán trasladarme a donde yo quiera llegar, sin importar lo lejos que sea el lugar y ni los obstáculos que se interpongan en durante el vuelo y sin importar lo descompuestas y fracturadas que estén mis alas.